Dragon Ball Wiki Hispano
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«¡Las Dragon Balls han sido robadas!» (Japón: «Doragon Bōru ubawareru!!» (D.B.うばわれる!!); España: «¡Han robado las Bolas de Dragón!», Hispanoamérica: «Las esferas del dragón han sido robadas..») es el título del decimo capítulo de Dragon Ball. En él, Gokuh y sus amigos caen en una trampa preparada por el malvado Pilaf en su castillo para robarles las esferas del dragón.

Sipnosis

A nuestros amigos sólo les falta una esfera del dragón que ya tienen localizados en el radar: esta es la esfera de una estrella. Yamcha, por su parte, mantiene su objetivo de robarles las esferas cuando ya las hayan reunido todas. En otro lugar, en una zona que se asemejaba a un centro de mando de un ejército, dos personas buscaban las esferas de dragón a travéz de una pantalla. Uno de ellos, un hombre de pequeña estatura y tez azul, que llevaba una gorra que sólo podía cubrile la cabeza y vestía con un extraño traje que poseía un simbolo en su centro, parecía ser el líder del grupo. La otra persona era una chica alta que tenía unos rasgos mongoloides muy pronunciados: esta era la encargada oficial de buscar las esferas. A este lugar llegó una tercera persona que parecía ayudarles: se trataba en realidad de un pequeño perro parlante que vestía con ropas que se asemejaban a las de un ninja. El primero de ellos sabía que era un niño que "parece un mono", el que tenía las esferas, por ello, eran a él a quien buscaban. El hombre, que respondía al nombre de Pilaf, ya los tenían localizados poseía la bola de dragón de una estrella. Mientras, nuestros amigos se dirigen al lugar donde detectaban la esfera. En esos momentos aparece sobre el coche en el que estaban un robot que lanza lo que parecía un misil, destruyendo el coche y haciendo caer de él a Gokuh y a sus amigos, que no sabían lo que había pasado. El robot, pilotado por el perro que ya mencionamos, abrió el maletero del coche y allí encontró una maleta con las seis esferas que faltaban. El robot cogió la maleta y se fue volando del lugar ante los atónitos ojos de nuestros amigos. Gokuh llama a la nube kington y busca al robot por el camino por el que él se había marchado. El perro, sin embargo, ya había llegado al lugar donde se encontraba Pilaf. Gokuh aterriza cerca de ese lugar y pretende atacar al robot, ya sin nadie dentro, desconociendo que alguién lo pilotara. El robot, como es normal, no contesta ni ataca. Tras golpearlo on su bastón mágico, destruye al robot y regresa al lugar en el que Bulma y Oolong lo esperaban para contarles que el robot fue derrotado pero que no tenía ninguna bola. Sin embargo, él tenía aún la esfera de cuatro estrellas de su abuelo. Entonces, Bulma decidió buscar a los malhechores para recuperarlas. Yamcha, que lo había visto todo, decidió que la única manera de conseguir las esferas y derrotar a los malhechores era ayudar a Gokuh ya sus amigos, por lo que se dirigió a ellos junto a Puar para cumplir su sueño realidad de olvidar su miedo a las mujeres. Yamcha finje su encuentro como una casualidad pero Bulma, ante su atracción por él, se sube a su coche sin previo aviso y cree que él llegó al lugar para llevarles. Le pidió que le llevara a 25 Km al oeste a toda velocidad que era donde el radar detectaba la esfera. Tras recorrer ese camino llegan a un castillo. Gokuh, aún temiendo de que allí no hubiera ninguna esfera abre la puerta del mismo. El castillo, muy oscuro, carecía de un nítido rayo de luz. Nada más entrar son atacados por un enjambre de murciélagos. Tras el alejamiento de ellos, Gokuh y compañía continúan su camino por el lugar. Pilaf, que lo veía todo a travéz de la pantalla de su centro de mando, apretó un botón de su mesa, y de repente las diferentes paredes de piedra que había en el lugar en el que estaban Gokuh y los demás fueron deslizándose y uniéndose rápidamente hasta encerrarlos entre ellas. Yamcha dió una patada a un muro de piedra que se había levantado desde el mismo trozo de suelo en el que estaba Bulma e iba subiendo hasta la pared. La patada de Yamcha destrozó el muro. Gokuh, por su parte, destruyó con su bastón mágico algunos muros que acababan elevarse hasta sobrepasarlo unos metros. Aún así ya estaban encerrados. El grupo, en un intento de encontrar la salida, siguió una serie de flechas pintadas en el suelo que los llevó hasta otra pared. Gokuh la tocó con su mano y en ese momento otra pared de piedra cayó sobre ellos encerrándolos en una zona aún más pequeña. Ahora Pilaf podría recuperar la esfera de cuatro estrellas.

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